miércoles, 15 de enero de 2014

De sapos a príncipes (II) La ganancia secundaria

Serie: Con Espíritu constructivo
He participado recientemente en un assessment (prueba de evaluación para candidatos)  en el que buscaban candidatos experimentados para formar a directivos. Éramos ocho participantes, parece (por las presentaciones profesionales verbalizadas en aquel acto) que con experiencia dilatada como monitores en habilidades directivas (con una edad media aproximada de 40 años). Todos competíamos en querer ganar, en ser seleccionados.

Se plantearon varias dinámicas (limitadas en un tiempo aproximado de 2 a 3 minutos de exposición individual) que consistían en términos generales en:
  1. Describirte profesionalmente
  2. Identificarte con un objeto y comentar 3 valores que también te identifiquen
  3. Representar en un dibujo el significado que tiene la formación
  4. Debatir la idea del “trabajo en equipo”
  5. Indicar tres razones por las que queríamos participar en ese proyecto


Me atrevo a decir que el 85% de las respuestas que se daban no obedecían a lo que el dinamizador nos planteaba.

Comenta Richard Bandler en el libro que encabeza este post que:

 “la conducta de alguien en un determinado contexto, demuestra que en ese momento dado, la respuesta más adecuada que tiene se compone de 9 partes de experiencia interna y 1 de experiencia externa”…



Añade R.Bandler,  -y yo lo he podido comprobar, no sólo en este contexto tan excepcional- que las respuestas allí vertidas se conectaban  a otras cosas representadas internamente, inconscientemente (mi padre me dijo…, mi hijo me ha enseñado que.., mi sobrina me dice que…, mi enfermedad me hizo cambiar,…) dejando al margen la experiencia sensorial externa y alejándose de lo que se nos pedía en ese contexto y de lo que principalmente  pretendíamos cada uno, ser seleccionados (ese era el propósito que nos llevó allí)

Ocurre muchas veces que nuestras representaciones internas verbalizadas, están fuera de lo que está ocurriendo en un momento dado y de lo que se nos pide y/o perseguimos…es entonces cuando aparece la ganancia secundaria (o una pérdida oculta) por la conducta que desarrollamos inconscientemente, que impide o dificulta nuestra intención inicial, lo que en un principio queríamos ganar.

Es también una conducta ilógica (significativa en contextos grupales) que nos distrae de la intención principal…¿Lo has notado alguna vez?

Mauricio García.