Todo aquello que no eres capaz de
notar es como si no existiera.
Nuestros sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) están activos biológicamente sin que haya necesidad de activarlos previamente y a partir de aqui, priorizamos lo que nos interesa en el mundo dentro del rango de lo que somos capaces de notar, bien sea consciente o inconscientemente.
Es necesario disponer de un abanico de distinciones posibles (y cuantas más mejor) para dar existencia a algo que ocurre y a ser posible con la mayor precisión posible ¿Por qué? Lo explicamos con un ejemplo.
Notamos lo que hace diferencia notable; Hay diferencias que nuestros sentidos
no pueden captar por que no entran en el rango visual, auditivo o táctil. Y
otras que entrando por nuestros sentidos, al no tener distinción posible, notamos pero no sabemos qué y por eso no
diferenciamos (notar, únicamente, no hace diferencias).
Es necesario disponer de un abanico de distinciones posibles (y cuantas más mejor) para dar existencia a algo que ocurre y a ser posible con la mayor precisión posible ¿Por qué? Lo explicamos con un ejemplo.
"Recientemente mi coche se quedó
bloqueado y no arrancaba. La palanca del cambio automático no admitía
movimiento alguno. Ante esta situación, llamé a la grúa y se llevaron el coche
al taller...
...Ya en el taller, conectaron una
máquina de diagnóstico al coche para averiguar el motivo del bloqueo, tarea a
la que no fué capaz de responder la máquina. A continuación me llamó el
responsable del taller (un ser humano) que ignoraba -no sabía- la manera de responder al problema."
Entre mis compañeros de trabajo hemos constatado como la objetividad de las máquinas, de forma casi imperceptible, van minando la capacidad subjetiva de notar diferencias. Tengo 48 años y recuerdo como no hace más de 25, el operario de un taller de coches, a través de la exploración visual, auditiva, el olor o el tacto al arrancar el coche, tenía la capacidad de hacer distinciones, de notar con cierta precisión qué era lo que ocurría ahí...de averiguar el problema. Lo hacía de forma subjetiva utilizando sus sentidos y su experiencia para hacer diferencias, me atrevo a decir que además, era certero en sus predicciones.
No es nuestra intención extender
esta circunstancia a todas las actividades profesionales y sí es la de cuestionar en qué
contextos la capacidad de hacer distinciones, y poder así "hacer diferencias" (con la ventaja añadida de que puedes convertirte en experto) no debería ser excluyente del diagnóstico
de una máquina.
Aporta, por favor, tu opinión en los comentarios: ¿Qué ocurre en tu actividad profesional?