El personaje del cuento de
los hermanos Grimm al que hace referencia el título de este post, se
caracterizaba por enfrentarse a enormes peligros sin temor alguno y afortunadamente
para él, sin consecuencias apreciables.
El diccionario de la R.A.E., incluye dos
experiencias principales a las que hace referencia la palabra miedo. Una de
ellas, es la perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o
imaginario. La otra, la aprensión que uno tiene de que le suceda una cosa
contraria a lo que desea.Hay tantas experiencias vinculadas a la palabra miedo, como seres humanos pasando por la experiencia. Lo que tienen en común casi todas, es un sentido de alejamiento de ese riesgo, para acercarnos hacia lo que consideramos seguro.
Como todas las emociones, el miedo tiene una
función: ¿Cómo íbamos a saber si no cuando actuar de una manera precavida ante un
peligro real o potencial?...
Leí en un artículo relacionado con el coaching: ...“es necesario salir de la zona de confort y ser consciente de que el miedo no sirve para nada”.
Lo alarmante no es que la
persona que escribió esto no tuviera ni idea de para que sirve el miedo, lo que
preocupa es que muchas personas quieren deshacerse de los llamados “malos
sentires”, porque nadie les ha enseñado que realmente tienen una función
positiva. Por eso es importante en desarrollo directivo conocer cómo funcionan las
emociones y considerar a las personas de manera holística.
La realidad es que no hay
emociones buenas o malas, positivas o negativas. Muchos de estos “malos sentires” aparecen
en respuesta a algún asunto, que es lo que habría que investigar en lugar de deshacerse de ellos sin reparar en
si es o no apropiado. No apagarías la alarma de incendios de un edificio sin
investigar primero, sólo porque te molesta el ruido ¿no?...
También está el “miedo anticipatorio”, claramente
relacionado con cómo utilizamos nuestra habilidad de imaginar. Cuando
imaginamos ¿Sabemos diferenciar la imaginación realista de la fantástica? ¿Y
entre lo que es posible, probable e incluso imposible?
Es cierto que cuando salimos de la zona de
confort, cuando buscamos desarrollo, el miedo puede entorpecer el proceso, bien
por no ser la respuesta más adecuada o por la intensidad. Pero si es apropiado,
no prestarle atención o deshacerse de él,
puede ser contraproducente.
Al final del cuento, Juan consigue su ansiado
objetivo de conocer lo que era el miedo. Quizás con ello aprendió lo qué era
sentirse seguro...¿Y cómo hacemos para desarrollar esa sensación de
seguridad? ... (To be continued)
Maxi García